martes, 16 de abril de 2013

Delito universal

Ciego te adoraba yo en mi niñez y nos preguntábamos de todo, eramos la esencia de todo niño. Incluso en la mesa, con el pan y la tortilla.
  No encuentro camino en esta nueva razón, en esta ciencia. No sabemos náda lindura -así como no sé nada de ti ahora-, seguimos infantiles si no me equivoco: "preguntando". Un pedazo de madura inocencia soy, bautizado en cuevas de líneas de agua subterránea. Caminar en las calles es lo real ahora, lo nuestro era correr al paso de un ladrón. Lo lamento, pero aún tengo ganas de amanecer en tus ojos dice el trompo de madera. Mojadas están mis sienes, fresca madrugada era aquella con granos de café, después atole y así. Hasta las mejillas nos marcaba, y yo seguía creciendo, tú oxidándote. 

  Pulseras entretejidas con bordes de verde vida. Un triángulo de oro en mi huesudo pecho antes de cambiarlo por el flechazo que me punza hoy en día. 
   Eran muchas veces en las que apenas amanecía con azul oscuro de sereno fresco.Ya estábamos fuera de la cama. Por el camino los conejos salían y cruzaban del otro lado de la maleza, cruzando la carretera se les veía apurados, acosados por el faro del carro. Mi nariz en el cristal del pasaje hacía formas sin sentido con el vapor del intercambio.
Esta es una lección de días a años. Te redacto en notas de hojas virtuales. Te acuerdas cuando jugabas con tu vajilla de plástico? Yo te vendaba, te daba 100 vueltas y te mareabas. Te hacía llorar mientras yo frívolo me reía. Ahora lloras mis flaqueza donde quiera que estés.

Durante el trueno me erizaba  y eso gustaba, no me asustaba, estaba en la crecida viendo. Había muchos oyos en la tierra, cráteres de meteoritos en forma de gotas.

Estaban tan llenas de sangre roja brillante nuestras arterias que era muy poco lo sucio que destilábamos!

 Te acuerdas de tus dedos manchados con la sangre verde de las hojas? Ayy! Son parte de esta historia; pero 10 años antes de quedar en niño espíritu. En ese entonces yo creaba mi primera ilusión mientras  esa forma de madera se seguía oxidando.

Éramos aliento dulce, inocente, puro, suciedad en las manos y en las uñas. Hasta la tierra era alimento.

Quienes éramos? Por que susurrábamos? Nos mataba la curiosidad por los agujeros de la arena!

Me voy a desangrar pensando y nomas pensando. Tengo un tumor en la parte occipital del cráneo. Todo es por que ya no leo el libro llamado "Aventuras sobre ésta tierra".

Es un delito universal.

3 comentarios:

  1. El crecer y dejar atrás nuestra sonrisa con ventanas y los juegos que poco se acercan a nuestras realidades llenas de estrés, tabaco, alcohol, de cosas irreales, dolores emocionales etc...

    Quién fuera semilla de nuevo!!! Sin tener hojas que se caen...

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  2. Me atrapa su narración para la memoria de niño con quien habría de compartir también los tiempos donde ya no obra la inocencia...Saludos. carlos

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  3. ¡Excelente! Al fin alguien que incorpora Realidad a sus escritos. La mayoría pretende escribir como en una especie de RE-interpretacion de la cultura inglesa, Me pone de buenas leer la palabra Atole :)

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