miércoles, 3 de abril de 2013

Tarde-noche de poder

Desde lo más alto te observo con música oscura/mística, esa que es  la verdad de mis gritos. Eso es.

Andaba yo de vagabundo por ahí -aunque ni tanto-, me acerqué a preguntar tu enigmático nombre. Me atraen los nombres raros. Te veo como un mosaico de imágenes insólitas, te ves risueña, disuelta en el café que me quiero tragar a traguitos pequeños. Una piedra redonda, un requinto difícil, museo, arte. Me siento tan cerquita de Dios padre. No sabes de mí, no sabes nada de esta casita de palma abandonada. Tengo una expectativa tuya, eres el corazón de todo este país, mujer rica en cultura, malvada para la religión que no comprende libertades. 
 Una vez dicho tu nombre, adoptado por mi lengua agridulce, me tiraste como pañuelo viejo. A las afueras de la feria de  un pueblo extraño estaba yo, comiendo de la gastronomía exquisita que me daba poder, se llenaba de nuevo la casi vacía reserva espiritual. Estaba yo recuperando la cordura. El agua que me bañaba las entrañas era cristalina y fría. Ese baño fresco eras tú. Sonaron los bajos de mi alma, pero contabas largos cuentos que ni cuenta te diste. Temo que los ignores siempre; pero es un gran principio en esta tarde noche. 

Después nos despedimos, mañana te veo dije. Me escapé para venir a lo mío.

2 comentarios:

  1. Me gustan muchos momentos del texto. Esos momentos tienen intensidad y creatividad y forman núcleos de poder dentro del resto de las palabras, como piezas de orfebrería entre muchas piezas de arcilla.

    Interesante.

    Lehitraot

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  2. Un placer leerte, Nahual.
    Como dice Gavrí, que sabe mucho de lectura y escritura, hay unas frases poéticas muy bellas en tu texto, de lujo diría.
    Acá hay pasta de poeta, de escritor.
    Sos muy joven y el tiempo irá enriqueciendo y puliendo lentamente tu prosa.
    Gracias por pasar por mi blog.
    Abrazo

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