domingo, 16 de junio de 2013

Suave vestimenta que amo. Porque eres frescura blanca en mí, aún con el sol de frente. Te agradezco tu resplandor por que eres vieja y joven. En cualquier parte del pueblo -o ciudad- te puedo llevar. Tu sonrisa, tu llanto, tu preocupación es para mí una sonrisa verde tierna surgiendo impercatable ante mis principales temores. No puede haber más extravagancia en mi aspecto preocupado por el arte de la palma de quien te hizo. Miedo, es lo que diré, al descubrir que ya no estarás. Cuánto trabajo me cuesta tratar de imaginar que, como la blanca nube que eres, te me vayas deshaciendo. Pero ni voltear atrás debería cuando te vayas; pero, sabré que no estarás extinta, que me responderás si es que todavía tenga en ese entonces el corazón deshabitado. Tu luz se quedará en mi incompleto siglo, en mi relumbre de ojos negros negros con su círculo de sol. 
 Qué sosten  eres para el cansancio del sistema, del: por qué me desagarro el alma a pedazos, de raspones y de caídas, de mi ignonimia, de los agravios, del no somos iguales!.



No hay lugar aquí para tanto verso tuyo madre.

Feliz cumpleaños mamá!!!

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