miércoles, 19 de junio de 2013

Nos fuímos tempranito para Valle. A eso de las 5 y tanto de la mañana, para llegar como a las 7, rayando el alba. 
   El momento por el que estamos pasando no lo veía anteriormente, es histórico. Eso de dejar la camioneta en casa e irnos en pasaje es sinónimo de que no hay venta y por lo tanto, dinero. La situación esta dura. Mis papas viajaban y viajan hoy casi todos los días de estos últimos meses al local por que no hay billete para pagarle a Moisés, ni a Rosa. Me dicen que que caso tiene pagar, así como está la situación, empleados... si ellos mismos pueden encargarse de estar ahí, atendiendo la clientela. 
 No tiene mucho tiempo que cerraron el otro local, eso fué por el mes de marzo si bien recuerdo. Se tenían dos locales, ahora sólo hay uno, la renta es mucha. No hay tanta clientela como antes. Esto empeoró justamente por el quiebre de la caja de ahorro CASUR. Llevándose miles, tal vez millones de pesos de su clientela, que era gente de campo. Fueron pocos los afectados en el pueblo, pero fué significativo. Después se vino el cierre de la caja de ahorro FINCA, ese fué el gancho al hígado del pueblo. 
 Pagar por todos lados es ley del comerciante: dice mi padre. Salir de una deuda para adentrarse a otra. Afortunadamente, y gracias al tuerto de arriba siempre salimos bien, nunca quedamos a deber, no nos gusta. 

... La noche estuvo fresca. Bajamos del carro de pasaje -por no decir un "Autobús"- para embarcarnos en la urvan. Nos topamos con gente incrédula, incluso aún más jodida que nosotros. Se les veía en la cara las ganas desganadas y a la vez la indiferencia en sus facciones. Ésa, que sólo se produce en la mayor parte donde hay mala educación. Era muy temprano, nos paramos un rato para esperar la urvan. En ese entonces,   estaba una señora o muchacha, que no lograba dsitinguir bien por la oscuridad, con una falda corta, los hombres sentados atrás ni de chiste la miraban disimuladamente, son miradas que para que les cuento. Y eso que era apenas de madrugada. 
 Una vez subidos en la urvan, por el trayecto del camino se veían árboles cortados. Huleras enteras afeitadas para terrenos particulares que ni se ocupan todavía. Pasamos de pueblo en pueblo, el tipo de gente cambiaba también con el trayecto. Pasamos de gente muerta a estar acompañados por nobles con sombrero, humildes" diría uno. De un cielo manchado a un cielo lindo.

Aquí no hay libre albedrío todavía.

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