lunes, 17 de junio de 2013

Sudor en la frente

Sucedió que encendiste mi espíritu, que ya no sentía mis manos, debido a la intoxicación de derivados amortiguantes del pavor que siento pecho adentro. Me mirabas con ojos hechizos, mi cerebro pedía misericordia al puro estilo de fanatismo.

...Y la verdad es que no estoy solo. Vengo acompañado de tierra en mis uñas, de un rosario y de un gato. Tú estás siendo carbonizada, consumiéndote dentro de mis ojos iluminados en forma de eclipse. Sosténte fuerte! Quize decirte por un momento, maldito corazón. En un pedazo de mi vida ahora te encuentras. Y sigues atada a un espejismo de barreras insoportables de desamor...

Hay un sistema anti humano, además de múltiples factores que se enredan como marañas en mis dedos. Que me estancan el buque que grita libre.
 No cabarán mi tumba por más tercos que sean. Tantos sufren, a tantos los destruyen para hacerlos plástico fácilmente. No sufro por que tengo miedo al horizonte en busca de casualidad hermosa, sufro por que verdaderamente no te encuentro. Me pudro poco a poco, como bestia es mi razón. Es cosa que me niego a soportar por el momento, estando a un metro de distancia de ti. Y mi alma sigue herida, harta de engaños, hambrienta de pan hecho a mano.  He roto tantos espejos -que ni cuenta me dí si alguno pudo ser también una morada para este guardabosque- que ya casi me quedo ciego. Aún así, cubriéndose los puños, uno no puede evitar el lastimarse hasta las uñas.

  Te daré un universo de fractales con sabores a consuelos. He sentido ese algo olvidado, encontrado en un rastreo rutinario: es un planeta naciendo. Eres un sol! Mi eterno dueño, mi fuente de poder y hartazgo. Lanzaré esquirlas de fuego para rodearte. Mi boca no se puede cansar ahora! de soplar la flauta al viento para que creas mi  acuarela. Sigue así de grande mi angustia por no llegar a robar tiempo al tiempo corazón!. Muy pocas veces de la tanta arena se despierta en mi pieza de orfebrería el morfeo. 

 ...Por un rato no tan largo me quedé en el umbral de la puerta tratando de acostumbrarme a tu suave explosión de sonrisas. Y es que te imaginé tan hermosa y yo con hartas ganas de por fin hallarte el modo. Y de tí, quien sabe de tu curiosidad por examinarme; que tanto me pregunto admirándote: Cómo puede un ser humano afectarme con tanta determinación.

Eso, con sólo hojearte, no te leo aún. Puede ser o nó, que yo sea el que no entienda o no agarre tu sabor. O que seas lectura sin sabor.

Sentía frío, la noche estaba llena de sudor en ambos lados.
Hace frío, no?-
-No, no siento lo que sientes-
No oyes que algo se desgaja?
No, no sé de que hablas. No oigo nada de nada.- Eso dijiste.

No había manera de hacerte saber que era mi tierra desgajándose por el sudor que causabas a mi frente. No viste el infierno en el que estábamos,  mucho menos el cielo en el que te tenía, divina mujer.

Miré como te ibas, desfilaban las luces opacas que seguían tu aura. Te lo juro! Quería echar el corazón por la boca a gritos. Lo traía en la mano, listo para el sacrificio.

Conforme a tu paso acelerado se iba muriendo el morfeo en suelo seco,...duro.






No hay comentarios:

Publicar un comentario