Estando en estos días nublados con lluvia lógicamente, se me antoja saborear un rico café de olla. Caminar bajo la lluvia escuchando a Caifanes/Jaguares en estas pobres calles viendo la gente pasear, asustadas por la inseguridad; y es que esta muy dura la situación. Regresar después y sentarme en el borde de la puerta y tomarme ese café espumoso, quedarme sentado un largo rato, percibiendo los efectos de la suave lluvia; para después entrar y hojear viejos y sabios conocimientos de los viejos abuelos. Yes que es tanta mi obseción en la riqueza humana de estos pueblos indígenas, que ya quisiera poder volver a estar de nuevo en esas tierras donde la realidad es otra. Ahí donde las ramas de los árboles producen sonidos exóticos e inquietantes.
Me da pena decir que donde deje a mis padres hay muy poca riqueza cultural, pues es una ciudad mediocre. Y se hace llamar la segunda más importante del Estado.
Es el comienzo, no hay exámenes, eso me agrada. =)
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