jueves, 29 de agosto de 2013

Placer, placer fluvial.

Estaba sintiendo y dejándome entibiar la frente en un cuarto, un inquilino yo. Por que hay lo que parece ser un sabor a pan recién salido del horno, humeante, la lluvia y el viento como humo, afuera y adentro, afuera se entanca el agua, adentro se estanca mi mente en esto. Ese, el tiempo que es de mis tiempos, una polilla que se mete en mi cuarto, encontró refugio. El tiempo al fin, encontró a alguien -de los pocos- que le dió uno de los pocos agustiantes refugios, en el cálido papel, allí se quedó su alma. Una, dos , tres cachitos arrancados del pan, el azúcar que parece gotas gélidas sobre el manjar, como gotas resbalando por la ventana parecen, bajando por lo oblicuo de sus ojos, así se les ablanda el sentimiento a los afligidos y se les amarga el sabor a fruta en la sien a los optimistas frustrados en este hermoso día. 
   La lluvia, la lluvia! No se esperaba así, es tormenta y no lluvia. Tormenta, al parecer, eres playa, sombra y sol para los amantes surrealistas que plasman a sus amores en estos tiempos. Los que llueven sobre otros en silencio, a veces arrecian, los mecen, les arrancan y los libran del lugar donde sufriendo están, les hablan al oído, les susurran fuerte, muy fuerte. Tan fuerte que se encadenan, tan fuerte es el viento de él a ella, de ella a él, y de ella a ella. Bailemos, somos dos complementos, dos elementos agua, placer fluvial, líquido.  Sombrilla para qué? tu girasol se quedará sin sol si te tapas. Eso es para los enfermos. El café, azúcar, canela, lácteos, panes y más panes para el día.
   La cama está temblante y tendida, se les quitó la fiebre, tienen el deseo de  otra fiebre, la fiebre de sus cuerpos en la cama.

 Por qué si sabes tocar piano no lo tocas? Si  tienes alas para escapar y sentirte humeante, por que no escapas?. Saber dirigir con tus manos una orquesta -improvisada-, la orquesta que se oía afuera; adentro, entre la tabla se oye él un tanto absurdo, absurdo porque el escribir cosas, tiempos y al parecer un mundo que él mismo entreteje, es un pasatiempo, sólo eso. Pero no puede ser así, lo inesperado llega en las horas inesperadas, en un café, en doblar  la esquina, en el servicio, en sus viajes cada quince o veinte días, en la papelería o en el -para nada frecuentado- Italian Coffee.

Hay vida, ay vida!!!

Es noche y se pierde el tiempo. No puede pasar el tiempo sin roze, llevan mucho tiempo pensando arreglar el cuarto, quitando con paciencia y felicidad esperada las escamas de pintura vieja. Sentir, querer, deseos, cuerpo sobre cuerpo, transpirar el aroma de dos secretos.  Hacer tocar la luna o seguirle, darle la amnesia de sus labios en fuertes dosis, llenarle de bienaventuranzas  el vacío vaso, hacerle sentir eso, "eso" que se resume en éstos hermosos...actos.

 Mujeres, hombres, en especial dos, una pareja, dos o tres; los otros no saben el punto. Toque su boca, llévela susurrándole, hay agua estancada, una casa o un cuarto, después un perfume neutro inusual, de dos exhalaciones, un aliento apaciguante que mutó de lo que se llamaba soledad.

2 comentarios:

  1. Cuánto puede dar la noche para un relato. Ahí puede estar el agua, hecha lluvia, y una pareja que en el ardor, puede poner las sábanas calientes y empapadas de piel hecha sudor. Saludos. Carlos

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  2. ¿Por que hacemos cosas, por que dejamos de hacerlas?
    ¿Por que todo parece mezclarse?
    Interesante popurrí.
    Saludos!

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