martes, 2 de julio de 2013

Se le llama miedo


Se le llama miedo

Te imaginaba con tu retozar de cabeza en la almohada, en la penumbra de la soledad en que tienes a tu alma. Ésta, esperando un desgarre para el agarre infinito de mí. De un animal con pelaje suave, de un conejo o de un ronroneo te agarro para el arte del acecho de mi más escandaloso enemigo: lo que se llama miedo. Te ando mirando, oliendo tu perfume en agua con sabor a fruta cítrica con el hielo para el refresco de lo de adentro. 
   Y te tengo en el venir tuyo; en un  cielo con nubarrones cargados para el verano amarillo tostado. De una semilla en pleno sueño, de la distancia larga de  unos pequeños ojos negrísimos con la claridad del fósforo... en la química inanimada .

Me atrapas en tu frasco, vine al desplumadero sólo por alimento.


Atrapa sentidos

Que el cruce de tus piernas sean sinónimo de interés, y bastante cara. Que más arriba de tu esternón, esté tu  garganta  hecha un nudo de  sufrimiento que bien se esconda en tu redonda  facción de rostro hermosa. Y que más arriba de eso se encuentren tus marañas  humeadas por un smog cretino; para que finalmente yo, sea tu ráfaga de viento repentino. Es cuestión del atrevimiento de uno que venga en busca de su felicidad para encontrar su infierno en forma de paraíso. Es la delicada cuestión de descubrirte entre tus marañas la orografía que atrapa sentidos.

 Eres un tipo de  bordado, de color rosa mexicano. Te hicieron laboriosa pero al fin bonita, que no te borde cualquiera. Es tiempo es lo  que me quitas, arte colorido lo que queda entre mis manos.

Imagen de la web




No hay comentarios:

Publicar un comentario