sábado, 24 de noviembre de 2012

Repasaré y repasaré las cosas que me digan que algún día seré temerario. Se hace más lenta mi esperar y con este invierno avecinándose por las rendijas de este cuarto hacen que los sueños vagos no salgan de aquí. Por que hace poco más de un año dejé otro atrás. Por que a veces prefiero estar muy solo y tener las cosas ordenadas; sin embargo, no importan tanto como las encuentren, me preocupan los detalles interiores. Así las hago yo. Quizás sea algo cohibido de mi parte y no les agrade. Pero el ego es algo que no quiero compartir -no es ofensa, es que así es el yo interior, no?-.
    Me siento tan a gusto por que no tengo conflictos exteriores; pero sí interiores. A veces no tengo algo mejor que hacer, hago el no-hacer y me duele, me punza la cabeza diciéndome que hay que innovar cada día más. Como dije antes: no estoy a gusto tanto tiempo en compañía! No es arrogante, es simplemente un humilde favor. Necesito estar a solas para poder cambiar, innovar, pensar, aclarar mentes, aplicarme, hacer bien las cosas, ordenar, limpiar, saber de que lado masca mi lengua, esculpirme y darme forma.
     Aclaro. Esto que escribo son cosas de la vida humana, cosas comunes y corrientes que todos los días suceden de diferente forma y con diferentes pensamientos. Los hijos nacen con diferentes pensamientos, con distintos dones y objetivos.  

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