sábado, 2 de marzo de 2013

Luz, "aura" y vida... una canción sublime en estos tiempos.

Hoy sábado, todo normal. Lo que queda de la tarde es ocio en mi guarida. Estoy dibujando, escribiendo, siendo espectador de una película. Ya limpié, ya levanté el cuarto. Ahorro para la pintura de la fachada próxima a poner. Ahorro para mis cuerdas de guitarra, me sobran ganas de querer mejorar mi técnica aún más (si es que la tengo). Ahorro para mi perfume de 100 pesos, en un momento más lavaré mi ropa. No está la compañía en su cuarto, está otra aún desconocida para mí. Ayer vino Rosendo a agandallarme la poca tortilla, los huevos, la carne a medio morir. 
Le conté algo grotesco de mí. -Sea aberración o no, no debiste hacerlo- dice mi cerebro-. Él quería saber por que temo tanto de hablarle a una mujer gustosa. Pero son cosas que llegan a pasar quieran o no. Para que pedir perdón cuando sabes que se te perdona?. Siempre y cuando lo hagas hasta morir. 
  Mi hermano quien sabe si venga mañana. Nunca le diré la verdad de lo que pienso acerca de su decisión de ser Cura. Quizás se arrepienta, quizás lo envenene con mi aliento frío. No quiero hacer eso. Quiero que haga lo que le agrada. Quiero que sea feliz como és. Soy todo lo contrario a él y viceversa. Cuando han visto a hermanos pensar de la misma forma?. 
    Hace mucho tiempo que a él le gustan las pipas y a mí los volteos. Hace tiempo que a él le gusta saludar a media colonia y yo no los volteo a ver por que pienso que son estúpidos, mediocres (en verdad, así es casi toda la colonia). Él se hizo amigo del tal Roberto ese, el hijo del hombre inútil. Al que tengo fielmente en la percepción de que sólo roba cosas materiales, además de oxígeno. Se creen muy vergas con su música pendeja esa. Ellos se creen por que insultan, beben y fuman marihuana. Pero se mean los calzones al empuñar una navaja, los he visto. Pues sí; el que me vé con mirada intimidante, mientras que yo ni lo volteó a ver. 
-Namas quiero que me digas algo, y juro que caerás más rápido tu que yo-. Eso lo puedo asegurar. Tal vez me crea débil o puede ser que me de unos cuantos golpes. Pero juro que ahora sé como romperle el brazo, cómo proyectarlo con una caída rompe clavículas. No me dicen nada por que nadamás no se les antoja. O quizás me vean como un debilucho. Ya no lo soy tanto. Eso decidí disminuirlo hace año y medio.

Será bueno eso de sólo hablarle -quedar bien, y no más- a gente con mentalidad inferior, mediocre, estúpida? -Por supuesto que se comprende el como son, (no me creo nada ni soy nadie; lo digo sin tono altanero) así es  la mayor parte de esta sociedad-. Será que ya te crean así como uno de los del barrio, colonia - o lo que sea-. Y por ello no te hagan nada? Si es bueno y si es así como me lo imagino. Sabré ciertamente que por al menos no pasará nada allá. Yo - un debilucho, un hazme reír- Dejaré de preocuparme tanto de cómo estarán mis papas, su seguridad -en tiempos de cólera-, de mi ausencia, de la casa casi solitaria allá. 
 Espero que todo siga marchando bien como lo es hasta ahora, desde hace 17 años para acá. 

Confío en ti, Dios sin religión.

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