jueves, 12 de enero de 2012

Perecer y resucitar de un verdadero hombre


A lo que me refiero es a aquel que trae la gracia plena, la envoltura indestructible del "pensar libremente". Entre ti, inborrables pliegues de la vida nueva....
 Va... el caminante va. Con la hermosura de su misterio. Uno a uno, los cinco soles, manifestándose con el tiempo. Los rayos tocándolo todo el tiempo. Y su ser esconde aquella planta. Transformando toda incertidumbre en vellos recuerdos. Los años y su saber lo hacen indestructible, pero quien ha dicho que su carne es inmortal?. Pintando paredes antiguas, quitando toda maraña de la maleza de un ya olvidado... amor perjudicial;  y a su vez, haciéndolas temblar de nueva vida.  Dedicando todo pensamiento a aquel vil mundo criminal que teje solo inmundicia ante los ojos. Es la misma senda de un jaguar ermitaño, de tatuajes sucios, y pelaje opaco. Producto de esta sociedad. Su huída a través de su frágil hogar ya es vista por hombres con ojos ciegos y mente estúpida. Sin razón, indiferente y sin nada de valor, nada de nada. Es sólo una máquina de demolición y no de construcción. Y aunque construya, construye siempre una ciudad de falso clamor y piedad.
  Su perecer será como todo hombre de buen corazón: En las enfiladas manos de todo un ejército de elitismo pendejo, máquinas con ojos biónicos, destinadas a la destrucción total.  Encerrado en una celda grande de metal, a la que llaman "sociedad", oscura, puta y maldita sociedad - genética de una costumbre descendente-. Puede que pueda sobrevivir y cambiar la forma, el molde humano de algunos aliados; pero igual, la traición es hija de la ambición. Moriría no en vano, solamente olvidado como otros, venerado como pocos...  valiéndoles madres a otros. Y será entonces el renacer en espíritu como "Kukulcán", después de la tempestad. Su persistencia baja con el viento. Seduce, hace suspirar al digno y se olvida del traidor. La mordedura y rabia de este, ha sido muerte por un lado; por otro, es la ostia: vida.
  Fíjate donde pisas, no hagas intentos en vanos. Vé los colores de la tierra. Los más primitivos son fuente de irradiar. Los modificados son solo capas de algo perturbante. Lugares excéntricos son capas de estrellas y lugares violados hay sin vida. Y como si fuera la dignidad de una mujer: un dulce encanto en la fragilidad, una desilución total en la fealdad.

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